De acuerdo a un estudio del Monitor del Clima Social, dependiente del Centro de Estudios Metropolitanos que nuclea la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la Universidad Nacional Arturo Jauretche y la Universidad Nacional de Hurlingham, el 38% de los vecinos del AMBA teme perder el empleo. Los indicadores económicos (inseguridad laboral, alimentaria y económica) empeoran o se mantienen igual respecto del informe presentado en octubre de 2016.
Según el informe presentado en la UMET, en relación el Primer Monitor realizado en diciembre de 2016 un 8 por ciento más de vecinos del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) experimentan inseguridad económica, alcanzando el 80%; al tiempo que un 11 por ciento más también asegura que la inseguridad laboral es mayor. La inseguridad alimentaria, en tanto, se mantiene estable.
Al mismo tiempo, un 51 por ciento de los entrevistados considera que la situación económica del país es mala o muy mala. Sólo el 13 por ciento considera que es buena o muy buena.
Coincidentemente con la situación del país, y en comparación al año pasado, el 51 por ciento considera que su situación económica personal es peor o mucho peor. En abril de 2017, mientras que el 22 por ciento manifiesta que su situación es buena o muy buena, el 34 por ciento asegura que es mala o muy mala. En diciembre de 2016 ese porcentaje rondaba el 25%.
Este creciente malestar se manifiesta en las pautas de consumo: el 70 por ciento de los entrevistados ha limitado la cantidad de productos que compras; el 74 por ciento ha cambiado las marcas de los productos que consume así como ha limitado sus lugares de recreación. Asimismo, el 35 por ciento, ha dejado de comprar carnes con frecuencia, con un pico de 50 por ciento en el segundo cordón del sur del conurbano. En CABA, la reducción en el consumo fue más marcada en vestimenta y calzado: un 26 por ciento ha dejado de comprar indumentaria. Llamativamente, el 54 por ciento compró menos medicamentos o tuvo que cambiar la marca de los mismos al tiempo que el 69 por ciento tuvo inconvenientes en la compra de útiles escolares.
En relación a la situación alimentaria, un 5 por ciento más de los entrevistados -en comparación a octubre 2016- afirmó haber disminuido la porción de comida debido a problemas económicos alcanzando un 43 por ciento del total. A su vez, el 22 por ciento afirma haber tenido hambre alguna vez en los últimos 12 meses debido a que no tenía suficientes fondos para comprar alimentos.
En cuanto a la inseguridad laboral, el 38 por ciento de los entrevistados afirma que él o alguien de su grupo familiar perdió el empleo en el último año; alcanzando picos del 47 por ciento en el segundo cordón del conurbano. El 57 por ciento, en tanto, asegura que el sueldo no le alcanza y, coincidentemente, el 57 por ciento afirma que familiares directos debieron buscar trabajos porque los ingresos son insuficientes. En comparación al primer Monitor del Clima Social, esta cifra se incrementa en un 12 por ciento.
El miedo a perder el empleo alcanzó el 38 por ciento de la muestra. Los entrevistados creen que es algo o muy probable quedarse sin trabajo.
En la presentación, Matías Barroetaveña, director Ejecutivo del CEM, manifestó: “Si comparamos con el Monitor de diciembre la mayoría de los indicadores empeoraron en alrededor de 10%, llama la atención la situación de la CABA donde la mitad de la población afirma que su salario no le alcanza, siete de cada diez redujeron sus consumos, la mitad dejaron de comprar medicamentos o compran de menor calidad y uno de cada tres tuvo que reducir las porciones de comida en su hogar por problemas económicos».
A su turno, el rector de la UMET, Nicolás Trotta, resaltó: “Al igual que los datos del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) y del Observatorio de la Deuda Externa de la UMET, al presentar este Monitor de Clima Social del CEM tenemos que dar malas noticias. Los resultados son claros, la situación social es mala y empeora. La población de la región metropolitana ha sido de las más castigadas por la situación económica y eso ha llevado a que crezca la desocupación, la baja del consumo y el hambre”.
Las entrevistas fueron realizadas entre el 7 y 10 de abril en el AMBA sobre una base de 1728 casos. El Monitor Social se propone analizar el desarrollo metropolitano con una fuerte impronta interdisciplinaria. Uno de sus principales objetivos es fortalecer la vinculación entre la esfera universitaria y la administración pública así como brindar herramientas técnicas para el trabajo territorial en una región compleja, diversa y desigual.
Estuvieron presentes representantes de la UNAJ, Rafael Ruffo y Matías Triburoff, y de la UNAHUR, Nicolás Vilela y German Lodola.