Ante una gran movilización, ante un paro o frente a cualquier acción masiva, siempre se hace el mismo juego: preguntar (nos), quién gana y quién pierde. Las visiones «políticamente correctas» sostienen que perdemos todos, que pierde el país. Esta vez, coincido con esa lógica y planteo esa misma mirada. Perdió el Gobierno, porque se debilitó su contraparte en la mesa de diálogo: la conducción de la CGT puede verse desbordada por las bases y los sectores que le piden mayor dureza para enfrentar las políticas oficiales. Pierde el triunvirato que tendrá que hacerse cargo de haber pateado la pelota lejos y no animarse a armar el juego que le permita acercarse al área rival a tratar de torcer el resultado del partido. Y sobre todo, pierden los trabajadores, los pequeños y medianos empresarios, los comerciantes y aquellos que ni siquiera cuentan con un paraguas organizacional que los cobije del desamparo de la informalidad, en un país que mes a mes ve desgajarse su actividad. Esta es mi columna NTV, el canal de la Cooperativa de Tortuguitas.